Las pizarras
digitales interactivas, conocidas como PDI, son quizás una de las estrellas que
más brillan en el firmamento de los dispositivos tecnológicos utilizados en las
aulas o TIC. Sin ir más lejos, en Chile, cada vez son más los establecimientos
que invierten alrededor de un millón de pesos en estos aparatos que debidamente
utilizados, pueden convertirse en un gran aliado para los profesores.
Todo
dispositivo tecnológico no tiene un valor intrínseco en los aprendizajes de sus
alumnos, Alexis Krause, experto en uso de pizarras digitales indica que en
países como España, los estudios arrojan resultados favorables respecto a su
uso, señalando que efectivamente las pizarras electrónicas promueven el
aprendizaje constructivista y mejoran la didáctica docente.
En nuestro
establecimiento se hicieron participe las autoridades para entregar este
valioso recurso a manos del propio concejal de la comuna Don Juan Quilodran
Rojas, el alcalde de Chiguayante Don Tomás Solís Nova y el Director del DAEM
Don Luis Fernández Plummer, con el público que directamente son los
beneficiarios del recurso: Los propios Alumnos y los Profesores
Ventajas de ocupar pizarras digitales
Su mayor ventaja
es reunir todas las potencialidades de un computador proyectado a una audiencia
y con plena interactividad sobre lo proyectado. Concretamente, si contamos con
una PDI en el aula podemos:
Interactuar dependiendo del tipo de pizarra, se puede interactuar mediante lápices
electrónicos o simplemente con los dedos en el software o aplicaciones
instaladas en el computador.
Desarrollar contenidos de enseñanza enmarcados en el curriculum nacional y de cualquier
sub-sector o nivel educativo, con apoyo de actividades innovadoras y atractivas,
que promuevan un nuevo clima al interior del aula.
Ampliar considerablemente la cantidad de recursos a utilizar pedagógicamente dentro del
aula e interactuar con ellos desde la pizarra y para toda la clase.
Almacenar todas
las intervenciones realizadas en la pizarra, lo que permite tener un registro
de todos los procesos desarrollados en la clase.
Organizar y
optimizar el tiempo durante el inicio, desarrollo y cierre de una clase.
Promover un
trabajo activo y colaborativo, generando nuevas formas de interacción entre los
estudiantes y el profesor.